Sunday, September 9, 2012

ZOORTOOPEDIA



Tanto le silbaban por la vereda al jirafo, que no hacía mas que giraaar y giraaar su laaargo cuello-cuello para ver si entre los silbadores, estaba la okapi dueña de sus sueñas. El pobre jirafo ni dormir podía del dolor que le afligía, todo el cuello retorcido, cansado y dolorido. 20ysiete masajistas, de linimento una piscina, cientotreintayt3 metros de toallas, ... una movida, vaya!

Hasta que la gacela Johnson&Johnson le construyó un collarin. Este es el fin.

* Le siguen silbando, pero no sabemos si es por su look innovador o por el apéndice zoortopédico que con tanta gracia porta.

* La señora tortuga tiene goteras, glups!

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